En torno al 37 por ciento de los niños y ado-lescentes estadounidenses tienen exceso de grasa y dos de cada tres adultos tienen kilos de más o son obesos. ¿Es un problema de autocontrol, o debemos culpar a las empre-sas? Spurlock se echó a la carretera y entrevistó a expertos de veinte ciudades de Estados Unidos, también Houston, la ciudad más obesa de América (ahora es Detroit). Directores de salud pú-blica, profesores de gimnasia, cocineros, niños, gobernantes, legis-ladores, expusieron sus investigaciones, sus opiniones y las reac-ciones viscerales que despierta en ellos el constante aumento del volumen corporal del pueblo norteamericano. Por fin, Spurlock se embarcó en un experimento de características excepcionales: pro-bó en carne propia los efectos de la comida rápida sobre el cuerpo humano. Durante treinta días consecutivos, Spurlock se alimentó a base de Cheeseburgers, Bic Macs y McNuggets, subsistiendo ex-clusivamente con productos del menú McDonald‘s. Debido al con-sumo de fritos y alimentos ricos en sodio aumentaron sus niveles de colesterol y sodio, y lo que empezó siendo un experimento di-vertido y desenfadado se convirtió en un problema grave para el hasta entonces envidiable estado de salud de Morgan Spurlock. A esta vorágine alimentaria de un mes de duración acompaña una se-rie de esclarecedoras y sinceras entrevistas con los mejores profe-sionales médicos y sanitarios, con ejecutivos de publicidad y mar-keting y con adolescentes norteamericanos. Los resultados son, cuando menos, pasmosos.
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